LOS FALLOS EN DEFENSA «MATAN» AL MADRID

Redacción:Noelia Pinto Cervero-LaTribunaMadridista

Después de volver a la senda de la victoria el pasado fin de semana, el Real Madrid tenía por delante uno de esos retos casi imposibles. Levantarle a uno de los mejores equipos defensivos de Europa, en este caso el Atlético de Madrid, un 2-0 en una eliminatoria de Copa. Por más que se hubiera hablado de remontada durante la semana, lo cierto es que tanto propios como extraños tenían bien claro la complejidad del asunto.
Si a lo difícil de remontar un partido en el que no has marcado fuera de casa se le suma que antes de cumplir el primer minuto ya pierdes 0-1, la cosa adquiere un grado de complejidad digno de una traducción al chino sin haberlo estudiado. Esto fue justo lo que le pasó al equipo de Ancelotti, que se vio sorprendido por una rápida acción del Atlético en la que Pepe no estuvo especialmente fuerte a la hora de despejar una pelota dividida con Griezmann. El avance del francés le permitió servir el balón al área para que Fernando Torres superara la estirada de Keylor Navas. Al Madrid ya no le servían dos goles para forzar la prórroga. Ni siquiera marcar tres goles. Había que buscar cuatro. Casi nada.
Lo cierto es que había dos formas de ‘encajar’ el golpe. La primera, bajar los brazos y dejarse llevar. Y la segunda, pelear hasta que el cuerpo aguantara pensando en remontar o, al menos, en intentar ganar el partido para que el madridismo se sintiera orgulloso de sus hombres. El Real Madrid escogió la segunda, la que marca su historia. Así las cosas, los blancos empezaron a acular en tablas a su oponente. El Atlético se encerró de tal forma que el riesgo de que el larguero se le cayera encima a alguno de sus jugadores era importante. Bale, Cristiano, Benzema y las subidas de Marcelo y Carvajal eran despejadas por tierra, mar y aire por los Miranda, Godín y compañía.
Pasaban 20 minutos de partido y el marcador se igualaría gracias a un remate de cabeza de Sergio Ramos tras un saque lateral de falta por parte de Toni Kroos. El ‘espíritu de Lisboa’ invadió el graderío y el césped del Bernabéu. Faltaban un mínimo de tres goles, pero el Madrid estaba lanzado, con mucha chispa y con más ganas. En ese momento todo se veía posible.
Desde que Ramos pusiera el 1-1 hasta la llegada del descanso, el Atlético sufrió lo indecible. Eso sí, terminó indemne. El área visitante acumulaba jugadores de ambos bandos, unos defendiendo y los otros buscando el remate. Bale y Benzema estuvieron cerca de marcar, especialmente en varios balones que llegaron por arriba, quizá uno de los puntos más fuertes de los zagueros centrales del Atlético. Pero la ocasión más clara la tuvo Cristiano Ronaldo, con un remate raso, que se encontró con la pierna de Mario Suárez que evitaría el 2-1.

Si la primera parte había empezado con un golpe en el mentón para el Real Madrid, la segunda fue una desgraciada superación del equipo blanco. Si antes había sido Pepe el que adoleció de contundencia, en esta ocasión era el otro central, Sergio Ramos, el que se equivocaba sacando la pelota y le entregaba un contragolpe demasiado fácil a los visitantes. Torres sólo tuvo que amagar a Pepe y superar a Navas en el mano a mano. La esperanza de la remontada se desvanecía por errores propios. Y demasiado graves.
Después de ese gol en contra, el Real Madrid volvía a entrar de nuevo en la disyuntiva de pelear por una eliminatoria prácticamente perdida o bien dejar pasar el tiempo. En esta ocasión, los de Ancelotti volvieron a sacar poder de reacción. Cristiano Ronaldo iba a celebrar su Balón de Oro con un buen remate de cabeza al primer palo a centro de Bale. El portugués cruzó el balón al palo largo y puso de nuevo el partido empatado, que no la eliminatoria.
A pesar de igualar el partido, lo cierto es que el Real Madrid pareció tener asumido que no iba a poder conseguir su objetivo. Además, el esfuerzo físico de la primera parte comenzó a pasar factura y se pudo ver a jugadores blancos estirando de forma habitual, buscando oxígeno y el poder evitar algún calambre. El equipo blanco no bajó los brazos hasta el final, pero el partido de ida del Calderón y dos goles al inicio de cada parte en el Bernabéu le dejaron sin Copa del Rey esta temporada. Ahora, los objetivos son claros: Liga y Champions.

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