Hasta el cielo se puso a llorar cuando España dijo adiós.

Redacción: Ana María Ramírez Barajas.

Nadie está obligado a dar más, cuando ha dado todo lo que tiene.

Dos años entrenando y abriéndose paso para clasificarse y tener un lugar en el Mundial de Rusia 2018, para que cuando estaban a punto de debutar con grandes expectativas que la hacían perfilarse como una de las favoritas, La Roja, se quedara a las puertas de la gloria. Siendo eliminados nada menos que por Rusia; la que por ser anfitriona, no sufrió para clasificarse. Y por si fuera poco, no cuentan con jugadores  de la talla de los nuestros; pero eso sí, corrieron, tiraron de juego aéreo y balones largos para poder avanzar; cosa que los españoles, con su tiquitaca tan efectivo en el mundial del 2010 y tan pasado de moda en el 2018, durmieron el balón matándonos de aburrimiento y quitando intensidad y emoción al partido que los haría pasar a cuartos de final.

Igual que un avión necesita un piloto y una tripulación con experiencia para llegar a su destino, también necesita de un radar y un controlador que les de indicaciones para que no se extravíen en el camino y se estrellen, como le ha sucedido  a nuestra Selección el día de hoy.

Pero el señor Luis Rubiales, Presidente de la  RFEF, cegado por el orgullo y la ostentación de poder, haciendo ver al Seleccionador como una persona que estaba traicionando la confianza que se le había depositado cuando habiendo firmado su renovación, decidió firmar como entrenador del Real Madrid y como si de un delito grave se tratara, lo destituyó sin más. Luego nos enteramos, que NO había sido así.

Pero de momento, a punto de debutar en el Mundial, los dejó sin su entrenador, sin su estratega, sin su controlador aéreo. Turbulencia tras turbulencia, fueron perdiendo ilusión y confianza; dando como resultado, el catastrófico partido de hoy y la consecuente eliminación del mundial.

Fernando Hierro, ante la situación de peligro en la que los puso Rubiales, sólo hizo lo que pudo; hoy  realizó unos cambios que hasta yo, esperaba que funcionaran cuando vi que Asensio era titular;  pero junto con David Silva no dieron lo que se esperaba. Luego Nacho se lesionó en la rodilla y lo dejó en el terreno de juego durante 20 minutos, antes de decidir que entrara Carvajal en su lugar; nunca metió a Saúl; Isco y Rodrigo jugaron muy bien. Piqué cometió un penalti de novato y De Gea estuvo apático desde el primer partido; lo que no comprendo es porqué no lo sustituyó si se veía su desánimo y falta de interés en todo momento. Basta ver su estadística en este mundial de Rusia 2018 que demuestra que recibió 11 disparos a puerta, de los cuales, le marcaron 10.

Lo siento por aquellos jugadores que por edad, no creo que vuelvan a ser convocados y éste era su último mundial. Ha sido una triste despedida para figuras que en el 2010 nos dieron la gloria proclamándose Campeones.

Nadie duda de su talento ni de su capacidad como Grandes del Fútbol Español, solo que desafortunadamente en esta ocasión, no han podido alcanzar el sueño porque los despertaron con una jarra de agua fría haciéndoles pasar del ensueño a la pesadilla, cuando el Presidente de la RFEF por su falta de empatía, por su inexperiencia tal vez, no midió las consecuencias de sus actos, afectando profundamente a los que se perfilaban como favoritos y posibles bicampeones.

Y como se suele decir en estos casos, que la historia los juzgue.

No fueron sólo el Capitán Sergio Ramos y el resto de jugadores los que lloraron; también el cielo de Moscú se entristeció y lloró poniéndose a llover, cuando se vieron superados en la tanda de penaltis, sufriendo una gran derrota.

Sólo me queda decirles que en la vida, hay que saber perder. Y quedarse con lo bueno, para mantener la  ilusión.

Al resto de las Selecciones desearles que gane el mejor.

Y a las personas que se han tomado un minuto para leer lo que he escrito, les doy las gracias.

Hasta la próxima.

 

 

 

 

 

 

 

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