ESTE MADRID NO ENTIENDE DE PARONES

Crónica-Redacción:Noelia Pinto Cervero-Estadio de Ipurúa-LaTribunaMadridista

El Real Madrid quitó de un plumazo el embrujo de su primera visita a Ipurua con una autoritaria victoria ante el Eibar (0-4), un duelo que volvió a decidir la pegada merengue y el hambre de Cristiano Ronaldo, que mantiene a los blancos como líderes solventes, sin grietas ni lamentos en la semana posterior a los compromisos de selecciones.

No hubo magia en Ipurua, más allá de la que rodea a la idiosincrasia del cuadro armero. Humilde, ejemplar, respetuoso, como un niño con zapatos nuevos ante la visita de Cristiano, Bale y toda la galaxia. Con las ideas claras, bien colocados, pero con la sensación de acudir a la guerra con pistolas de agua. El rival, por contra, no guardó ninguno de sus cañones.

Tras la lesión de Modric –cuyo sustituto se ha buscado en todas las ruedas de prensa de esta semana– Ancelotti no escatimó en talento y se agarró a la opción más atractiva, se decidió por mantener a Isco en el once demostrando que sólo Toni Kroos bastaba y sobraba para sujetar al centro del campo azulgrana.

El Eibar iba de menos a más, concedió poco al Real Madrid, pero cualquier migaja es un mundo para los de Ancelotti, que parecen aviones en este tramo de temporada. Pocos equipos han ofrecido tanta velocidad y tanta precisión en los últimos metros. Si no es Cristiano es Bale, y si no, James, autor del 0-1 a los veinte minutos.

El colombiano empujó de cabeza un pase de Cristiano, en una jugada embarullada en la que los locales protestaron fuera de juego del portugués. James saltó con viveza y batió a Irureta, uno de los secretos del éxito de este Eibar. Se creció el Madrid, y también Carvajal, ofensivamente indiscutible.

El lateral de Leganés, en una de sus cabalgadas, apuró el costado derecho y soltó su envío a Cristiano. El de Madeira remató mordido, pero con la fe suficiente para acabar mandando el cuero a la misma escuadra en y sumar otra víctima a su pretencioso currículo.

El 0-2 apagó a los pupilos de Gaizka Garitano, que cimentaron su ideario con balones largos a Mikel Arruabarrena, otro de los pilares eibarreses, pero no hubo manera de inquietar la meta defendida por Iker Casillas. Sobre todo cuando Benzema hizo buena la pelea de Marcelo en línea de fondo para colocar el tercero de la tarde.

BENZEMA Y CRISTIANO REDONDEAN LA GOLEADA

El francés fusiló a Irureta desde el corazón del área, en lo que fue el hastío de la grada, que volvió a quejarse de la acción alegando que James recuperó el balón cuando había salido por la línea de fondo. Para colmo de los vascos, Fernández Borbalán señalaba penalti por manos de Albentosa y Cristiano cumplía su ritual.

El portugués también voló en Ipurua después de conseguir su vigésimo gol en Liga, una cifra extraterrestre que aumenta jornada tras jornada su proeza. La baja de Modric, mientras tanto, seguirá en el baúl de los recuerdos. Buena noticia para un Real Madrid impertérrito, un líder con sensación de gigante, que no entiende de ausencias y desconoce el ‘virus ‘FIFA’.

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