BIOGRAFÍA DE ANCELOTTI:»MOURINHO Y YO NUNCA SEREMOS AMIGOS….»

Redacción:Noelia Pinto Cervero-Latribunamadridista

Tregua con Mou en Milán. «Caer de la lucha por la Champions contra el Inter (Ancelotti entrenaba por entonces al Chelsea) es un remordimiento que tengo. Contra el Inter, no contra Mourinho. En Italia nos dijimos cosas duras y no nos gustamos, aun cuando mi visión sobre él cambió cuando llegué a Inglaterra. Hizo historia en el Chelsea y su archivo de entrenamientos me sirvió algunas veces. Decidimos firmar una tregua antes del primer partido de la eliminatoria, en Milán (el 24-2-2010). Nos encontramos en un pasillo de San Siro: ‘No más riñas, no más controversias’. Un apretón de manos y en diez segundos teníamos un acuerdo. No creo que José y yo seamos algún día amigos, pero ahora tenemos un respeto recíproco. Cuando gané la Premier (la 2009-10), me escribió un SMS: ‘Champagne’. Cuando el ganó su Scudetto, le escribí: ‘Champagne, pero no demasiado’.

Liedholm y sus fintas. «(Nils Liedholm fue un entrenador sueco que dirigió a Ancelotti entre 1979 y 1984 cuando jugaba en el Roma). Podía hacer sido comediante. Pero fue mi primer profesor. Mi mentor. El Barón nunca alzó la voz, pero me dio valiosas lecciones. Tenía una tranquilidad interior y una calma profunda que te asombraban. Era un personaje. Antes de cada partido importante le ordenaba al doctor Alicicco que nos contase chistes. Y te agotaba entrenando la técnica. ‘Regatea’, y yo regateaba. ‘Regatea con la derecha’. Y yo lo hacía. ‘Regatea con la izquierda’. Y también lo hacía. ‘Regatea en eslálom’, y yo lo hacía creyéndome Alberto Tomba. ‘Haz una finta’, y yo empezaba ya a temblar. ‘Finta una finta’. Y finté… aunque en mi interior me atormentaba una pregunta: ‘¿De qué coño está hablando?».

Sacchi, un ‘maníaco’. «El Milán le contrató en 1987 y por alguna razón, quería que jugase para él a toda costa. Más de lo que quería a Gullit o Van Basten. Lo primero que pensé al conocerlo es que era un genio, no un loco. Otro mentor, otro maestro. Nos pintaba sistemas tácticos hasta en las puertas de las habitaciones. Cuando dormía emitía ruidos rarísimos y hacía comentarios técnicos: ‘¡Corre la diagonal, la diagonal!’. Jesús, nunca paraba. Ése fue el secreto de su éxito. No lo hubiésemos conseguido sin su dedicación maníaca al trabajo. Entrenábamos de forma inhumana».

Le pelea Capello-Gullit. «Tenemos personalidades muy diferentes. Capello es un maestro leyendo un partido. En eso, me quito el sombrero. Pero como ser humano, era un gruñón, no sabía como hablar a los jugadores, y no le gustaba discutir las cuestiones tácticas con nosotros. Por eso había choques verbales. Un día, Gullit le agarró del cuello en Milanello. Capello leía el periódico: ‘Ruud, has dicho cosas que no son ciertas, eres un mentiroso’. Gullit, sin leerlo: ‘Te voy a poner los puntos sobre las íes’. Trifulca. Estoy seguro de que muchos jugadores tifaban por Gullit, pero les separamos. En justicia para Fabio, enseguida lo borró de su memoria».

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