98ª MEDALLA (Atenas 2004). Plata en Ciclismo en Mountain Bike SANGRE, CAÍDAS Y UNA PLATA OLÍMPICA

Redacción: Jorge Gómez-Manzanilla-Abel Alaminos-Pedro Cánovas/LaNocheDelDeporteEspañolTV-deporteolimpico.net-blogolimpico.com/ Imágenes: marca.com

Con la ampliación de nuevos deportes al programa olímpico, entre ellos, la Mountain Bike, muchos deportistas como Marga Fullana o José Antonio Hermida comenzaron a tener en mente una firme idea, ser olímpicos y una vez allí, pelear por subir al cajón de los metales.

De hecho, en el caso de José Antonio Hermida, el español había entrenado con Marga Fullana, Bronce en Sídney 2000 entrenado entre otros con Hermida que llegó a la cita australiana como campeón del mundo, por relevos, en 1999 y 2000.

Sin embargo, la historia de Hermida también ha sido la historia de la mala fortuna especialmente en los momentos decisivos donde las inoportunas caídas le han jugado malas pasadas.

De hecho, en Sídney pudo ser medallista olímpico pero una caída le dejó con la miel en los labios; rozando el metal con la siempre dolorosa cuarta posición.

Sin embargo, si la historia de Hermida en lo negativo es la de las inoportunas caídas, su historia siempre ha sido la de levantarse y seguir, pedalear hasta el final y luchar ante los inconvenientes sin perder la fe y la esperanza en el triunfo final.

De hecho, en el ciclo olímpico a Atenas 2004 también hizo los deberes con dos Oros y un Bronce en los campeonatos de Europa y un Bronce en el Mundial.

 Y además, renunció a competir con los profesionales en carretera pero su vida era la Mountain Bike y su objetivo, lograr medalla olímpica en Atenas 2004.

No iba a ser tampoco sencillo ya que enfrente estaría el holandés Brentjens, campeón olímpico en Atlanta 1996 y los franceses Absalon y Peraud.

Sin embargo, Hermida tenía en mente la medalla y a pesar de caerse en las primeras tres vueltas consiguió recuperar y meterse en el grupo de cabeza y en la cuarta vuelta al circuito se marchó escapado junto a Brentjens y Absalon dando el primero un tirón, casi definitivo que le  dejaba muy cerca de su segundo Oro Olímpico desde Atlanta 96.

Su duelo sería por la Plata y nuevamente, la caída inoportuna apareció pero esta vez, el final iba a ser muy distinto. Y eso que sangraba por su rodilla y había perdido más de un minuto y medio con Absalon lo que hubiera significado una más que honrosa rendición, no en vano, lograba la medalla de Bronce.

Para cualquier otro deportista todo esto sería un triunfo pero como hemos reiterado anteriormente, la historia de Hermida es la de las caídas pero también la de no rendirse nunca y luchar hasta el final creyendo en la remontada, una remontada que se consumó y además, le permitió ganar la medalla de Plata y superar en dos minutos al francés Absalon que quedó francamente impresionado con el tesón, la capacidad de sacrificio, el esfuerzo y la capacidad para reponerse ante las situaciones adversas del ciclista de Puigcerdá, un ciclista que tras las caídas y la sangre que ello conlleva logró una Plata Olímpica más que sufrida y por supuesto, más que merecida.

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